viernes, 5 de febrero de 2010

Memoria Crítica

Integrantes: María Sara Vivas A., Gisela Guerrero, Edixón Simancas, Enriqueta Müller.

El Magíster Robinsoniano: Promotor/Constructor/Transformador.

La educación es un proceso social por naturaleza, el cual, trasciende en los individuos, sobremanera implicado en una red de influencias mutuas, convirtiéndose inequívocamente en el suceso más humano y humanizador de todas las finalidades sociales, significando un instrumento privilegiado para lograr transformaciones en la sociedad. A decir verdad en un mundo global, en el que se enfrentan profundos y rápidos cambios: Nuestra sociedad reclama un nuevo estilo de vida en sintonía con las situaciones que se van presentando, el orbe se encuentra en constante movimiento, por lo tanto el sistema educativo debe evolucionar, "los cambios en la sociedad requieren cambios en la educación”.
Cuando experimentamos el cambio en la sociedad, pareciera que estamos ante un proceso que es continuo y gradual. Pero si nos situamos en una perspectiva real para representar este cambio, podríamos percibir que en otra escala, el cambio deja de ser continuo y gradual y pasa a ser un cambio de calidad. En esta ocasión se delinean dos cambios que están ocurriendo en educación. El primero de ellos implica el contexto, esto tiene que ver con la organización que alberga las distintas instituciones educativas y su funcionamiento. La otra transformación es el plano cognitivo, trata del cambio en todos los componentes del currículo.
El ser social en su palabra, riqueza cultural, identidad, debe asumir un cúmulo de valores, en tanto tales, vocación y mística por el trabajo, sea cual fuere, honestidad, cooperación, solidaridad, voluntad, compromiso, entre tantos otros, para que su interacción con el otro, con el contexto y la generosa naturaleza determine su fuerza con verdad y armonía en los diferentes actos de su vivir. Se desprende, entonces, el estudio interdisciplinario para entender, interpretar y comprender sus deberes y derechos, en primeramente, partiendo de sí, removiendo su ser interior, cuerpo, mente y espíritu, ser persona integral para luego, practicarlo con encuentros fecundos con los semejantes y el escenario circundante. He allí, la endogeneidad.
En ese sentido, la educación juega un rol estelar, de allí que en Venezuela, se redimensiona con la aprobación de la Ley Orgánica de Educación el 15 de agosto de 2009, la cual, regirá mediante El Estado Docente novedosas competencias en todos los órdenes sociales; para la creación de hombres y mujeres íntegros e integrales en el marco de una educación endógena también. Una educación que es física, intelectual, ética y moral con la disposición en “el valor del trabajo creador y productivo” como lo plasma el Plan Simón Bolívar para la edificación de la nueva sociedad. La educación a partir de la familia inmersa en una comunidad donde en los poderes públicos esté consagrada la participación del pueblo, protagónica y democrática que genere felicidad común, mejor aún, como lo establece la Carta Magna el poder para el pueblo, a la sazón, igualdad de educación, trabajo, bienes materiales y derechos, derivando como debe ser la felicidad del pueblo.
Freire 1997, refiere que, “En verdad el inacabamiento del ser o su inconclusión es propio de la experiencia vital. Donde hay vida hay inacabamiento. Pero sólo entre hombres y mujeres el inacabamiento se torna consciente”. (p. 50). Queda claro por qué, los cambios de paradigmas, la diversidad, variedad e innovación en el sistema educativo. No se puede estar anclado a unas políticas que durante años no dieron respuestas a las necesidades y exigencias sociales desde ningún ángulo, no se puede continuar con esquemas obsoletos que guiaron antívalores, marcando cada vez, la división de clases, abriendo más y más la brecha social, cuando hay tanto talento y recursos materiales. Es afirmativo que, la vida misma es un inquebrantable sentirse, saberse, creerse, hacerse, por lo tanto, ¿De qué se trata? Se trata, precisamente de la persona humana con amor y pasión para merecer ser libre.
En este reflexionar y accionar se versa del replanteamiento de la educación, con miras a la transformación social que solicita el universo local, regional, nacional, trascendiendo individuos y sus fronteras. Vale añadir que, la educación del presente se proyecta en el universo global con una concepción vivificante de la Ética/Crítica/Reflexión, con profundidad humana, liberadora, en la actualidad, esencial. Esta es, la propuesta educativa Freireana. Para Freire, no se trata del afán cognitivo y la información, sino, demás en más, es trascendencia Mente/Espíritu; Individuo/Comunidad/Naturaleza, en aras de la edificación de hombres libres, desenganchados de paradigmas económicos, políticos y culturales, que los someten.
Las anteriores exhortaciones conducen con carácter vinculante al nuevo maestro y la maestra nueva: El Magíster Robinsoniano. Ilustrado en su desempeño por Carr, citado por Herrera, al decir que es “…una práctica docente como una acción moral comprometida socialmente, bajo el marco de un contexto y de una tradición y sujeta a críticas”, es decir, no puede entenderse como algo ya construido, se va creando y recreando con base en la acción. Cada meta es la deseada sólo en base a un contexto histórico y social epocal. En este orden de ideas, el Magíster Robinsoniano debe con actitud y voluntad política impulsar los mandatos de Ley y a la realidad social que viven las comunidades, lugar para hacer universidad superando praxis tradicionales que constriñen y restringen el conocimiento, la reciprocidad con los saberes del pueblo, teoría y praxis vinculadas con valores y actitudes; por lo que debe apuntalar a investigaciones que avizoren las peticiones del desarrollo endógeno y la construcción de redes productivas comunitarias, además, estrecharse e inseparablemente innovar para construir mejor calidad de vida con la tríada investigación/docencia/extensión.
Es complejo pero si se quiere se puede, venciendo dudas y temores para poder cumplir con un rol fundamental para contribuir con los cambios sociales que son reivindicación del pueblo. Valdez, asegura que, “El sistema educativo (incluyendo el sistema escolar) ha de fortalecerse mediante vínculos orgánicos, a la vez que flexibles, entre personas, organizaciones, instituciones, comunidades, a partir de las vivencias presentes, locales y más lejanas. Ello supone un profundo estado de autoconocimiento (personal, colectivo, como sociedad), que requiere de la síntesis entre políticas, ciencias y estrategias particulares. En la medida que se fortalezcan las capacidades endogenizadoras, se irán conformando los anillos productivos (de bienes, de servicios y sobre todo, de conocimiento), en un proceso constante de formación, interformación y autoformación, de apropiación del conocimiento tecnológico y la asunción de los roles emergentes”
Por tal razón, el Magíster Robinsoniano le corresponde estar al lado de los y las estudiantes y de las comunidades haciendo que se cumpla su rol de promotor social, indagando el contexto comunitario para intervenir en sus actividades organizativas con el pensamiento amplio para el desarrollo endógeno, base fundamental, para la participación auténtica y diversa del pueblo en la comprensión del desarrollo sostenible y sustentable; en este sentido, interconectar la función social de la escuela y el rol social de la Universidad, desde allí se emprenderán los pasos para el logro de la transformación; esto es imperativo para lograr la Universidad que queremos, dando respuesta a la problemática social planteada y ligada con la Comunidad para lograr el desarrollo económico y cultural de la Nación toda.
Convencidos que, como Magíster Robinsoniano lleva a cabo el rol de promotor social, meritorio por su voluntad y compromiso con la transformación, indagando el contexto institucional y conociendo palmo a palmo lo comunitario, con base en las leyes y el conocimiento amplio para difundir el humanismo social. Es liderar, hacer oír su voz, rescatar el poder de convocatoria, entremeterse y llevar el poder del pueblo a las instituciones educativas. Es el Magíster Robinsoniano con una clara conciencia revolucionaria, ciudadana y, la construcción del Socialismo Bolivariano.
Así pues, el Magíster Robinsoniano asume los desafíos con una actitud crítica, conscientemente acerca de lo determinante que es el desarrollo asociado a necesidades, donde lo que se enseña y aprende está relacionado con el contexto, con los sujetos sociales y los problemas que le atañen a nuestro país. Por lo tanto debe instruir en los contenidos sociopolíticos y construir relaciones entre la universidad-comunidad. No se trata sólo de aspectos cognitivos, al decir de Don Simón o Freire, sino vivenciales, humanos, vitales que permiten, indudablemente construir lazos de identidad y memoria colectiva. Es hacer énfasis, formar para el vivir en plenitud, para ser libre. En consecuencia, se trata del Magíster Robinsoniano liderando, una educación integral para desarrollar las potencialidades creativas, reflexivas y críticas del ser persona; una educación permanente, para la vida y por siempre y una educación popular, donde el saber sea en igualdad de condiciones para la transformación liberadora. Esto es, el auténtico modelo democrático, participativo y protagónico hacia la construcción del Socialismo Bolivariano, liderado con/por un coherente pensamiento, palabra y acción robinsoniana.

Referencias Bibliografía
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999)
Freire P. (1980). La educación como práctica de libertad. México. Editorial Siglo
XXI. Pedagogía del Oprimido. México. Editorial Siglo XXI. (1993).

Ley Orgánica de Educación (2009).

Proyecto Nacional Simón Bolívar. Primer Plan Socialista. 2007-2013. Caracas,
2007.

Valdez J. Educación y Desarrollo Endógeno. Disponible en: http://blogs.monografias.com/alteramerica/2009/03/21/educacion-y-desarrollo-endogeno/ hora consulta 4:35 15/12/2009

Bibliografía de la Unidad II

jueves, 10 de septiembre de 2009

Entrevista.

Integrantes: Juana Barreto, María Sara Vivas A., Gisela Guerrero, Ernesto Rojas, Edixon Simancas, Enriqueta Müller.


Entrevista realizada por los integrantes del grupo no Asistido Nº ·, Los Cuicas, explorando la red desde la ciudad de las siete colinas, Valera, al Dr. Luis Beltrán Prieto Figueroa, por su vasta y honda huella docente. Esto, en el marco de las actividades contenidas en el curso: Pensamiento Educativo Venezolano y Latinoamericano, específicamente en su unidad Nº III. La misma refiere, la escogencia por porte del grupo, de un pensador cuyas ideas aún iluminan el quehacer educativo en Venezuela y Latinoamérica. En ese sentido, hemos seleccionado a este insigne educador de intensa y fructífera labor en aras de la calidad educativa de nuestro país y, más allá de sus fronteras durante, el siglo XX y que en el siglo XXI cobra vigencia por su ingenio, sensibilidad, creatividad y proyección que le hizo merecer el titulo de “Maestro de Maestro”. A nuestra manera de ver, Prieto Figueroa es el más ilustre maestro del siglo XX Venezolano.
Su obra escrita, su condición de luchador social y de político militante; su carácter humanista de ensayista y poeta. Su verificación en el periodismo de opinión comprometido con su pueblo así lo confirma.
Participante: -Bienvenido, querido maestro, reciba nuestro fraternal saludo acompañado de nuestra gratitud por su gentiliza al acceder a esta petición en la que llevaremos a nuestros asiduos lectores y evaluadores una semblanza acerca de su vida y su obra docente, en la actualidad, cuando estamos de acuerdo en estrecharnos por medio de la palabra que inspira y edifica. En primer término, díganos ¿Cómo se siente en estos momentos?
Maestro: _ Ante todo, muchas gracias. Debo confesar que me siento feliz de participar en esta reunión, espacio de encuentro dialógico propicio donde vive y palpita el espíritu docente educador que en la patria grande Venezuela lanza un grito de fe porque cree en el hombre y la mujer, que de sus siembras en los ambientes escolares se cosechará en la esperanza del bienaventurado porvenir.
P: _ Maestro, es innegable que nuestra sociedad adolece de una memoria colectiva, por lo que personajes con pisadas trascendentes son prácticamente desconocidos, sobre todo por las nuevas generaciones, por tal razón es nuestro deber hacer remembranza para no perder esa fuerza que forja la identidad como pueblo: La memoria. Al respecto cuéntenos acerca de sus primeros años de vida, lugar de nacimiento, su hogar materno.
M: _ Es motivo de alegría hacer remembranza de mí, esto hace posible no pasar al olvido y mantenerse vivo a través del tiempo. Una vez más me siento honrado por tan grande deferencia. Nací en la región Oriental de la Asunción, estado, Nueva Esparta, un 14 de marzo de 1902. Mi papá, Loreto Prieto Higuerey, mi mamá, Josefa Figueroa; mis estudios de primaria los realicé en mi ciudad natal; secundaria iniciada en el colegio Federal hasta 1925 que me fui a vivir a Caracas graduándome de bachiller en el año 1927, en el liceo “Caracas” dirigido por nuestro maestro Don Rómulo Gallegos.
P: _ ¿En qué año egresa de la universidad y cómo fue su actuación en la sociedad después de sus estudios en la máxima Casa de Estudios?
M: _ En el año 1934 de la UCV, con el título de Doctor en Ciencias Políticas y Sociales. A decir verdad, mi actuación se puede calificar de intensa, políticamente participé como cofundador de diversas organizaciones políticas partidistas, además formé parte de la generación del 28 y luché férreamente contra la política Gomecista. Es importante destacar que estuve en la comisión redactora de la Constitución Nacional de 1936 y de la carta Magna de 1961. Ejercí como ministro de educación, realicé funciones como presidente en el Congreso nacional de la República, desde allí dirijo el proyecto de la Ley Orgánica de Educación, el cual fue tardíamente promulgado en 1980, donde se consagra definitivamente en nuestro país los principios educativos de gratuidad; obligatoriedad y de igualdad social. De igual modo, formé parte del personal de asistencia técnica de la UNESCO, con ello, puedo decir que recorrí casi toda Latinoamérica, además, mi proyecto que tanto quiero la creación del Instituto Nacional de Cooperativa Educacional (INCE), programa de capacitación como estrategia social, fundamental para el desarrollo de las capacidades y posibilidades de los jóvenes, en especial de aquellos en situación de desventaja
P: _Maestro, Sabemos que también integró la comisión presidencial del Proyecto Educativo Nacional, coordinado por el Dr. Arturo Uslar Pietri y que uno de los grandes e interesantes aportes teóricos sobre la educación, fue la tesis del Estado Docente, proyecto éste de Educación nacional, el cual, expelía polémica y controversia, por cuanto dejaba muy claro el papel del Estado. Maestro, háblenos más por favor, acerca del mismo.
M: _Efectivamente, allí, está concebido el rol del Estado en la educación y, sobremanera la separación del sector privado y la Iglesia en la enseñanza. Esto como es natural causó malestar y fui tildado de comunista y ateo (risas). El propósito es, en efecto que, todo Estado responsable y con autoridad real asume como función suya la orientación general de la educación. Esta orientación expresa terminar sus doctrinas políticas y en consecuencia conforma la conciencia de los ciudadanos, es así como expresamente es un imperativo el requisito y la responsabilidad ineludible que tiene la educación de responder al interés de la mayoría y en tal sentido habría de ser: Democrática, gratuita y obligatoria combinando la igualdad de oportunidades y la selección sobre las bases de las capacidades del individuo.
P: _Esto sin lugar a dudas nos permite ver, a grandes rasgos la acción educativa de Prieto como maestro que va desde el aula, hasta los más importantes cargos de la nación. Podemos así afirmar que aquí se conjuga la categoría de la praxis, pues a la acción se le va a sumar la teoría; ya que al mismo tiempo que actúa, escribe y dejas plasmadas sus ideas, las cuales sucintamente podemos ver en algunas de las obras. Usted, Maestro Prieto, en esa euforia democrática y con gran dignidad de la bandera del gremialismo en Venezuela fundó la Sociedad Venezolana de Instrucción Primaria, ¿Cuáles fueron sus objetivos medulares?
M: _Estás en lo cierto jovencita, sólo que esta Sociedad, posteriormente en su avanzada lucha pasó a ser la Federación Venezolana de Maestros, en esta me acompañaron distinguidos educadores, entre ellos, Miguel Suniaga, quien fue su presidente; Luis Padrino y Víctor Manuel Orozco. Es de resaltar la declaración de principios y de organización de maestros y profesores de todas las ramas de la educación sin distingo ideologías políticas y religiosas, para velar por los valores de la cultura, los intereses de la escuela, del niño, tanto así a que al respecto, desde 1937 hasta 1942 en el diario Ahora” de Caracas, mantuve una página que se llamaba: La Escuela, el niño y el Maestro, estos temas se esparcieron en otros órganos periodísticos del país y del extranjero.
P: _Entonces, ¿Cuáles son los fines que propone la Escuela Venezolana?
M: _Incuestionablemente, el fin primordial es levantar progresivamente el nivel espiritual y moral de la nación, para que puedan fortalecer los sentimientos de cooperación y solidaridad nacional; siendo condición previa de la escuela los haya despertado y dirigido, los haya hecho nacer. Es que, además, la escuela democrática tiene por fin la formación de un tipo de ciudadano capaz de pensar y actuar libremente, tomando en cuenta de que sus propios intereses de la colectividad; se trata de un ciudadano que asuma las responsabilidades para con la comunidad y sepa hacerse un puesto en ella.
P:
_ ¿Eso implica una educación para la vida?
M: _Realmente, la educación debe preparar para la vida dentro de un mundo que cambia mediante el desenvolvimiento de intereses y capacidades individuales, habilitando al individuo para adaptarse a las múltiples circunstancias que impone los cambios sucesivos de la vida en la sociedad.
P:_A la sazón de su afirmación, ¿Cómo ve a la escuela de hoy?
M: _Con esta posición, espero no me traten de ateo y loco, (risas) como al Maestro Rodríguez en su tiempo cuando expuso sus ideas educativas y, _seguidamente, continuó argumentando _La escuela venezolana está desorientada en sus finalidades y sin métodos apropiados para hacer efectiva su función formadora y humana, ha venido siendo una agencia intelectualista, formadora de hombres con un bagaje de cultura verbalista, sin saber práctico adaptado a la realidad venezolana. El hombre práctico nunca ha entrado como preocupación de nuestros maestros, de allí que muchas veces la Escuela no afinca al hombre en su medio, dándole mejores instrumentos. La escuela no puede continuar siendo memorística, pasiva, carente de sensibilidad social, entre otras tantas debilidades.
P: _Y, en cuanto al desempeño docente, ¿Qué reflexión daría a nuestros educadores?
M: _Cuando hablamos en la Memoria de Educación, de la necesidad de formar una conciencia unitaria, es preciso crear ideales comunes porque sólo con ideales comunes se forja patria y los maestros deben ser los forjadores de la conciencia nacional. No puede hacerse patria cuando los maestros encargados de forjar en la conciencia de los niños el sentimiento de la nacionalidad, están en desacuerdo con lo que esa nacionalidad significa como ideal de convivencia y con lo que debe ser el destino futuro de la nación, por lo tanto, Venezuela será lo que sus maestros quieren que sea.
P: _ Maestro, habida cuenta que usted el maestro, el político, el inconforme, además con un carácter temperamental y rebelde ha robustecido su espíritu con las corrientes más avanzadas del campo educativo y de manera silente con otros educadores fue modificando en la geografía venezolana el viejo modelo educativo de casta y racista con la nueva escuela activa y las corrientes educativas y pedagógicas más desarrolladas del mundo.
M: _En efecto, de lo que se trata es de la transformación del tejido social, con palabra profunda en el diálogo, un diálogo que edifique solidaridad, cooperativas, que ensalce la dignidad humana. El maestro debe ser el agente de cambio social, convirtiendo la escuela en el centro para fomentar los valores del trabajo y la conciencia civilista.
P: _Bueno, maestro Prieto, ya para finalizar, le damos infinitas gracias por este magnífico momento, ahora, de usted un mensaje para todos aquellos que con voluntad y compromiso, se sienten, se saben, se creen son los constructores de la sociedad.
M: _Es determinante llevar a la praxis el legado de ideas educativas de los pensadores, yo, por ejemplo, he fundamentado la doctrina del Estado Docente en las ideas del Maestro, Simón Rodríguez, porque en esencia trata de la edificación del hombre y la mujer nuevos, del republicano para potenciar la república. Hay que transformar la educación popular. Finalmente, les manifiesto que me he sentido a gusto con esta entrevista, y, continúen consolidando la obra de quienes han trabajado en el transcurrir de la historia fehacientemente por la libertad plena de los pueblos a través de las ideas, la educación y el trabajo en el reflexionar/proponer/contemporizar. ¡Arriba la patria y su presente: Los niños y las niñas!
P: _Muchísimas gracias a usted, maestro Luis Beltrán Prieto. Desde los espacios robinsonianos, Los Cuicas, para ustedes. Por su atención, gracias.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Ensayo Unidad II, Maestro, hijo de su tiempo: Simón Rodríguez.

Maestría en Educación Robinsoniana
Pensamiento Educativo Venezolano y Latinoamericano
Integrantes:
Juana Barreto), María Sara Vivas A, Gisela Guerrero, Ernesto Rojas, Edixon Simancas, Enriqueta Müller.

Maestro, hijo de su tiempo: Simón Rodríguez.

El siglo XVIII y el siglo XIX marcaron diferencias notables; éste, por ejemplo, estuvo cifrado por el movimiento independentista de las colonias hispanoamericanas, y aquél, extendió la Ilustración, convirtiéndose ésta, en un fenómeno de signo universalista. Uno y otro con luchas sociales en procura de la igualdad, equidad y fraternidad, cruentas luchas por la libertad, revoluciones en gran escala por la imposición de poderes imperiales; coincidiendo con el naciente capitalismo y el surgimiento y desarrollo de una Europa con deseos irrefrenables de penetración y conquista del continente americano. En este orden histórico, en el caso de Venezuela, vale hacer mención de cuatro hombres que se catapultaron universalmente por su actuación patriótica en la independencia de la patria, parámetros en la historia de Venezuela. Sus ideas estuvieron influidas por la Ilustración. Así, Miranda, pleno de conciencia y prioridad absoluta en el servicio de la unidad y libertad su mejor ofrenda a la patria y la humanidad; Andrés Bello, el gran humanista; Simón Rodríguez, ilustre maestro revolucionario de todos los tiempos y, su discípulo, Simón Bolívar, el Libertador y Padre de la Patria.
En ese acontecer es de amplitud e importancia diversa el estudio del pensamiento de Simón Rodríguez, a decir verdad, proclamar el nombre de Simón Rodríguez o Samuel Robinson, es proclamar el hombre, el filósofo, el maestro; es clamar su pensamiento vigente, consistente y sumergido en las grandes verdades de América como continente y más allá de estas fronteras. Simón Rodríguez, caraqueño, nació en 1769 con dos características preeminentes, una, observador, otra, rebelde; sinónimos de originalidad, inventiva y fuerza. Cabe señalar, que Rodríguez desde niño le fue sembrada la semilla que germinó en ascenso en su obra educativa. Él durante sus años juveniles y todo su vivir fue un convencido que era urgente organizar y promover un modelo educativo real, auténtico, con rumbo y orientación para desprenderse de esa vieja estructura que, mantenía incólume el ser servil. A la luz de su pensamiento, “No nos alucinemos sin educación popular, no habrá verdadera sociedad… La misión de un Gobierno es cuidar de todos los hombres de la infancia, de todos, de todos, sin excepción para que cuiden de sí mismos después y cuiden de su Gobierno”. Efectivamente, es formar hombres y mujeres críticos por el conocimiento, capaces de asumir actitudes transformadoras en todos los aspectos, conocedores de sus deberes y derechos y resueltos ante ellos, con gran sensibilidad humana y trabajo creador con y por el colectivo.
Efectivamente, Recibe una educación fecunda, a pesar de las limitaciones supremas en materia educativa durante esa época, evidente contraste entre esta postración educacional y las realidades que empieza a vivir Venezuela. Valga decir que, con la enseñanza impartida en la escuela colonial y entre sus discípulos, el niño Simón Bolívar; a la sazón, fue dilatando su pensamiento revolucionario mediante los libros llegados de Europa, pues a la par, se abre el libre comercio. Es así, como se posesiona de obras de pensadores ilustrados. Entre los autores que más circulaban, Voltaire, Rousseau, Montesquieu, entre otros. Esta situación es muy propicia para el avance del pueblo el cual estaba sumido en la ignorancia de los grandes acontecimientos del escenario universal y la cultura. Es interesante como los libros llegaron a América, arribaron a Caracas; es el comienzo de la pluralidad que ofrece la fascinación por la lectura. Se trata entonces, de construir, desde el pensamiento, una presencia nacional, cuando ya el viejo mundo se había paseado madurando en los conocimientos.
Esa vida intelectual forjó el destino del maestro, quien todo su vivir lo consustanció con el pensar, aprender, saber y hacer para facilitar con la praxis de modo generoso y tenaz. Valga decir, que las teorías educativas de Jean Jacques Rousseau, constantes en su obra Emilio o De la Educación, publicada en París en 1762, las toma en un ámbito colonial superabundante en tradiciones y prejuicios. En ese contexto era una imprecación hablar de libertad y de las teorías surgidas de la revolución francesa. No obstante, él, las asumiría como propias cuando integra el movimiento conspirativo fallido en contra del régimen monárquico. En medio de todas estas circunstancias, emprende el Emilio hacia dos vertientes, a saber: para educar a su discípulo, Simón Bolívar y, para realizar la reforma educativa con la venia del Cabildo de Caracas. El lustro, de 1792 a 1797, un Emilio tropical, dará como consecuencia un Libertador, habida cuenta de que en Simón Bolívar había, por nacimiento, una médula de genio que Rodríguez supo descubrir a tiempo. Con el título “Reflexiones sobre los defectos que vician la Escuela de primeras letras de Caracas y medio de lograr su reforma por un nuevo establecimiento, en cuanto a, las ideas de que la escuela primera es lo fundamental; que la tarea de los maestros es extraordinaria; que han de atenuarse y hasta eliminarse los castigos; que los primeros obligados a la educación e instrucción de los hijos son los padres. Ideas emanadas del Emilio, las cuales, Simón Rodríguez las volvió nervio y carne”. Es así, como Rodríguez presenta sus aportes para reformar la educación imperante, con razones evidentes que según sus experiencias pedagógicas son necesarias.
Al concluir la guerra de independencia el maestro esparció por América latina su tesis de educación popular, una educación basada en la inclusión, en la igualdad, escuelas talleres, donde la educación abordaba el trabajo productivo conducente a la ordenación social para la formación de republicanos auténticos para edificar valores. El Maestro, visionaba una educación para la convivencia, auténticos ciudadanos, propulsaba la educación popular. Resaltaba que la educación no puede estar distante del trabajo, pero ese trabajo en su máxima expresión significativa, ese que vincula al ser persona con su ser interior, con sus semejantes y con su medio circundante, es decir perfilando el desarrollo humano sustentable. Salta a la vista que de lo que se trata es del binomio educación y trabajo que implica la producción en los talleres, como un elemento importante de la formación para lograr que el estudiante valore el oficio que aprende, consciente de sus potencialidades para transformarse y transformar su entorno, para el bienestar individual sin perder la perspectiva de colectivo.
Para ello, los maestros deben estar capacitados, formados con amor y mística para asumir los nuevos desafíos, la relación docente- alumno debe dejar de ser una relación estrictamente técnico- cognitiva y autoritaria, Simón Rodríguez, siempre recuerda por donde discurre la senda, el título de maestro no debe darse sino al que sabe enseñar, esto es al que enseña a aprender; no al que manda aprender o indica lo que se ha de aprender ni al que aconseja que se aprenda. Es imprescindible hacer viable la utopía de una sociedad democrática donde no haya visos de dominación ni de exclusión.
Simón Rodríguez, luchó fuertemente para cambiar la pedagogía de su tiempo, así escribe, “La enseñanza se reduce a fastidiar a los niños diciéndoles a cada instante, y por años enteros, así, así, y siempre así… sin hacerles entender por qué ni con qué fin no ejercitan la facultad de pensar. Lo que no hace sentir no se entiende no interesa… Mandar recitar de memoria, lo que no se entiende, es hacer papagayos para que por la vida sean charlatanes. Enseñen a los niños a ser preguntones, para que pidiendo el porqué, de lo que se les manda hacer, se acostumbren a obedecer a la razón, no a la autoridad como los limitados, ni a la costumbre como los estúpidos”. Escuela/Comunidad/Universidad, deben estar cohesionadas para la discusión, reflexión y aportes para la construcción de un proyecto de país para una sociedad nueva, es sustancial revolucionar la educación.
Por sus convicciones fue víctima de adversidad, no fue comprendido en su tiempo, más sobresalieron los intereses y privilegios de unos cuantos que habían señalado a los oficios bajos, viles y mecánicos, indignos de personas nobles, hecho que desbordó en España y sus colonias una clase volcada al lujo y a la apariencia, con frecuencia arruinada pero incapaz de trabajar, ante esto, después de la independencia, sin duda, sus ideas no hallaron escenario para gestar una educación popular propia, ligada al trabajo manual, con escuelas talleres donde los alumnos aprendieran a cultivar los campos, a fabricar objetos, a producir y vivir en sociedad, cimiento de las verdaderas repúblicas soberanas; hoy, su pensamiento está más vigente que nunca. Es de relevancia que Simón Rodríguez fue claro, certero, propio de su carácter al plantear que nunca se haría democracia con gente ignorante, se refería a la genuina democracia, humanista, popular, ética, participativa, protagónica, defensora de la identidad y soberanía nacional y de la emancipación social. La educación libertadora y revolucionaria en cuanto tal, debe ser esencialmente popular, a saber, formar al pueblo para el ejercicio de la participación democrática, porque sólo un pueblo educado es un pueblo democrático. De manera tal que, la educación en su función social esencial para la construcción de una democracia participativa debe apuntalar hacia un fin ético/político, es decir para conocer, comprender e interpretar la realidad de amplios sectores sociales con miras a su transformación.
Entonces, de lo que se trata es de la interacción e interactuación de los hombres y mujeres en la sociedad. He allí, la mirada a todos los niveles que constituyen el ámbito social. Sin lugar a dudas que, en las Repúblicas debe estar conjugada la escuela política, pero una política impecable donde no se desvirtúe su función social, es decir, libre de ególatras oportunistas y habilidosos para las tretas y fogosidad por el poder. En consecuencia, la situación en la sociedad venezolana y América exige un cambio radical en el sistema educativo. La escuela actual producto de una sociedad rentista debe dar paso a una escuela con amor para el trabajo, apegada a la ética, a la producción social, fundamentada en lo laboral, política y humana que genere prosperidad y justa distribución de las riquezas.

Referencias Bibliográficas

García J. Simón Rodríguez Pensador para América. Disponible en: http://www.unesrvirtual.com.ve/biblioteca/mer/mer014/Biblioteca/unidad_2/simonrodriguez/sr_pensador_para_america.pdf consultado 04-09-2009.
Pérez A. Gaudeamus. Revista universitaria. UNESR. No 5. 2003
Valdez J. Gaudeamus. Revista universitaria. UNESR. No 10. 2008.
Rumazo A. Ideario de Simón Rodríguez. Ediciones Centauro. 1980.

Ensayo Unidad I. El Siglo de la Ilustración: como el Despertar de la conciencia donde la razón iluminan a la Humanidad.

Maestría En Educación Robinsoniana
Cátedra:Pensamiento Educativo Venezolano y Latinoamericano
Integrantes: Juana Barreto, María Sara Vivas A., Gisela Guerrero, Ernesto Rojas Edixon Simancas, Enriqueta Müller.

El Siglo de la Ilustración: como el Despertar de la conciencia donde la razón ilumina a la Humanidad.

El Siglo XVIII, conocido como el Siglo de las Luces o Siglo de la Ilustración, emergió con un significado esencial: “La liberación del hombre de su culpable incapacidad”. De este modo lo resumía el filósofo alemán, Inmanuel Kant, (1724-1804). La Ilustración fue el optimismo referido al poder de la razón y a la posibilidad de reorganizar la sociedad de acuerdo con principios racionales. Independientemente que la historia no fue desechada, la misma fue considerada críticamente, descartando el pasado como base determinante de la evolución de la humanidad. En virtud de ese enfoque, la Ilustración apoyó un optimismo basado únicamente en el advenimiento de la conciencia que cada uno de los hombres pueda tener de sí, con sus aciertos y desaciertos. Por lo que, el significado de incapacidad refiere la imposibilidad de servirse de la propia inteligencia sin guías ni consejeros y fue precisamente en contra de ellos que los ilustrados forjaron un pensamiento nuevo y levantaron su voz de protesta. De allí pues que, la Ilustración produjo las primeras teorías modernas secularizadas sobre la psicología y la ética.
Valga decir que, así como en el Medioevo el objeto principal del conocimiento había sido la relación del hombre con Dios, he de notarse que, ahora el interés se centra en la relación del hombre con el hombre. En ese sentido, bien vale ilustrar con las palabras de Cardozo A. (1993), el reflejo de una época de considerable importancia del pensamiento, a saber: “Se generaliza la idea de que el objeto principal de la acción humana es la búsqueda de la riqueza, de ahí que los conceptos e ideas tradicionales que imponían normas morales cuyo cumplimiento estaba garantizado por la vigilancia de las autoridades religiosas, constituían para la burguesía trabas inaceptables. Hace falta un sistema que se oriente por nuevas ideas; que legitime los propósitos de enriquecimiento, surgidos en el seno de la vida social”. Con la tesis de que el hombre labra su propia salvación si se le deja en libertad de actuar: se afirma que “El bien de otros está implícito en mi propio bien”.
En medio del anterior principio se genera el concepto de justicia como un pilar fundamental del Estado, porque “la conciencia del bien y el mal tiene su origen en la naturaleza del hombre” y cualquier obstáculo que perturbe el orden natural contribuye al mal y no al bien. En esa dirección el Estado, en el marco de poder tiene la misión de consolidar el orden público, la equidad y la justicia social, aparte debe actuar en el área educativa y en las obras públicas “sólo cuando el individuo no interviene porque no son lucrativos”.
Con esa aproximación el racionalismo rebasa el escenario social del XVIII. La Ilustración o Siglo de las Luces, efectivamente, refiere a una ideología del movimiento revolucionario burgués, el cual, se encargó de desautorizar la tesis del origen divino a cambio de proclamar la emancipación del individuo del nexo social fundamentando una nueva filosofía que sustituye el principio de autoridad, es decir, el dogmatismo, por la razón. Esto es, el iluminismo, difundiendo saberes, irradiando ideas de manera progresiva, expandido por la idea del conocimiento analizado y comprobado por la razón para el progreso humano y su contexto.
Corriente de pensamiento que llegó a su máximo esplendor con los pensadores ilustrados que dejaron una fructífera herencia; hoy sus conceptos y términos están vigentes en torno a problemas estéticos, éticos, políticos y sociales. Cabe destacar, a Locke, Hume, Montesquieu, Voltaire, Diderot, Rousseau; ilustración y justificación con obras, como, conocimiento humano; ética y sociedad, cuya correcta y justa organización dependería sólo de la razón humana; del espíritu de las leyes, que postulaba un liberalismo; dureza contra el absolutismo, el hombre y su entorno; contrato social donde cada individuo pone en común su persona y todo su poder bajo la suprema dirección de la voluntad general, entre otras.
Es la luminaria del XVIII, el cual, se caracterizó por ser harto interesante, pues sus hondas huellas influyeron notablemente en la evolución de la humanidad, repercutiendo, naturalmente en el proceso histórico de América Latina y, obviamente, Venezuela, quien ha estado, desde siempre en sintonía a todo hecho que signifique un avance. En efecto, la centuria 1700/1799 fue bastante fecunda para nuestra nación; esto prueba que lo que ocurría en otras naciones intervenía directa o indirectamente en nuestro acontecer.
En ese devenir, de los autores protagónicos del iluminismo, cuyas propuestas pedagógicas han contribuido en la construcción del pensamiento educativo, implicando la asunción de nuevos modelos educativos propios para los países latinoamericanos, llaman la atención, el marqués de Condocert, Marie-Jean-Antoine de Caritat, (1743/1794) y Gaspar Melchor de Jovellanos, (1744/1811). Uno y otro, de más en más, imbuidos del espíritu de la Ilustración e inclinados en el intercambio de las ideas en cuanto a un continuo progreso científico y moral encaminado a la conquista de la libertad ante toda clase de tiranía y dar a conocer los adelantos para cambiar las estructuras sociales económicas y el fomento de un nuevo remirar en la educación.
Condorcet, filósofo y político francés deja para la posteridad su ideario político-educativo, inspirador para las ideas educativas en Latinoamérica. Él en su postulado plantea una instrucción pública que esté ceñida al ámbito social y político; a la luz de su pensamiento, su visión: “Ofrecer a todos los individuos los medios de proveer a sus necesidades, de conseguir su bienestar, asegurar a cada uno este bienestar, que conozca y defienda sus derechos y que entienda y llene sus derechos; asegurar a cada uno la felicidad de perfeccionar su industria, de capacitarse para las funciones sociales a las que tiene derecho a ser llamado, para desenvolverse en toda la extensión de los talentos que ha recibido de la naturaleza y para establecer entre los ciudadanos una igualdad política reconocida por la ley. Tal debe ser el primer fin de una instrucción nacional” Allí se resume su filosofía, además, es un convencido que la educación debe ser impartida en igualdad de condiciones para las masas a sabiendas que aquéllos que coronen estudios superiores repercutirán favorablemente en el colectivo.
De igual modo, preconizaba la investigación para todos y con todos y, sin límites de tiempo pensando en la dedicación a los niños. Asimismo, en su propuesta, Condorcet, plantea una “educación popular” y “educación permanente”, más allá de las instituciones escolares considera la posibilidad de la continuidad de estudios a la comunidad en general, tomando en cuenta sus necesidades prioritarias y su realidad contextual. Es de destacar que él, defiende la gratuidad y obligatoriedad de la enseñanza, de tal manera que se ilustre a los hombres para convertirlos en ciudadanos, también destaca la defensa e igualdad de los derechos y enseñanza de las leyes, la formación que personifique la esperanza revolucionaria, apartando vicios instaurados.
Interconectado Condorcet, conjuga racionalismo y humanismo, civismo y ética, ciudadanía y humanidad. Es evidente, allí, el horizonte que plasmará la libertad de la enseñanza, por lo que versaba una institución abierta y fluida que conduciría según él a: “la perfectibilidad de la naturaleza humana”. Subraya, además que, el orden social está regido por dos partes esenciales, la legislación y la instrucción pública. Ahora bien, la importancia es que, “nadie, ajeno a la propia intuición pública pueda decir lo que hay que enseñar, y lo que no se debe enseñar dónde está la verdad y dónde se encuentra el error… el poder político no puede impedir enseñar una opinión contraria a la que ha servido de fundamento a las leyes establecidas”.
Ha concebido sabiamente el nuevo modelo educativo, centrando su atención en una mejor instrucción, es decir, apuntalando a un individuo ilustrado como baluarte contra la charlatanería y manipulación, en aras de una sociedad igualitaria donde hombres y mujeres conozcan y esgriman sus derechos, con ética y en el marco de un escenario ampliamente democrático; esto, aunado a una información cívica en la formación de ciudadanos con verdad y a la luz de la razón, con el fin de alcanzar la libertad, la voluntad y el compromiso. Es evidente, la concepción del hombre nuevo y la mujer nueva interactuando en un nuevo universo social, acicalados con los valores, apegados a la educación y la instrucción con amor profuso por el trabajo creador. Es pues, el planteamiento de un proyecto educativo que forja el renacer de ciudadanos y ciudadanos con autonomía, determinación, iluminados por el conocimiento y la sabiduría en los valores esenciales para un humano vivir.
Seguidamente el activista y pensador español, Gaspar Melchor de Jovellanos. Su pensamiento, caracterizado de utópico debido a su análisis crítico a los problemas latentes de la sociedad, mucho más, por sus propuestas como vías alternas para la posible solución de los mismos y, más allá, por abrir senderos viables desde la reforma o la revolución, anima a denotar que, para su época esta manera de pensar era casi irrealizable. Su abanico de ideas concebía “la primitiva comunión de bienes”; así pues forjaba la paz duradera y la unidad entre los pueblos, pero, a su vez, reflexionaba, “la realización de esta utopía, estará posiblemente reservada a otra generación que está más preparada y menos corrompida que la actual”. Con sabiduría entendió que la transformación social es un proceso y como tal, es pausado y complejo, pero bien pensado evita caer en violencias que causan impactos y desórdenes individuales, colectivos y ecológicos.
Este brillante pensador se ocupa en su aporte educativo por la formación de la persona humana, sus reflexiones pedagógicas apuntan hacia la condición social del hombre, enlazando el binomio individuo/sociedad. Su teoría educativa la fortalece “una educación para la virtud”, en los espacios de la Instrucción/Educación/Virtud/Felicidad. Es el bien común, para superar las necesidades humanas, ensalzando el entorno comunitario y natural. Para ello, entonces, de lo que se trata es de crear la educación pública, educación escolar con sus particularidades en educación cívica, educación humanista y estética, educación para las niñas. Valga la siguiente cita, “la virtud y el valor deben contarse entre los elementos más destacados de la prosperidad social”.
Se trata inequívocamente, de ideas que contribuyen a romper viejos esquemas, obsoletos, develando plataformas para implantar un nuevo modelo ajustado a nuestras necesidades y realidades; abriendo caminos para una educación propia, auténtica y con amor por el trabajo. Son aportes que invitan a una reconstrucción histórica de cómo la educación popular ha venido constituyéndose en América Latina y Venezuela, naturalmente. Son propuestas para repensarla, en sintonía con los intereses populares.
En consecuencia, es afirmativo que aportes como los ya señalados influyeron e influyen en la actualidad para los cambios educativos que se requieren tanto en Venezuela y la región suramericana. Es meritorio destacar que, ellos, con sus ideas transformadoras, entronizaron la educación popular, con la expectativa de libertad y emancipación del espíritu, mediante la instrucción, desde los niños y las niñas y demás personas del colectivo, con la visión de virtud y felicidad para una sociedad próspera en todos los niveles.

Referencias Bibliográficas.

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Fernández, M. (2001) Jovellanos el patriota. Madrid. Espasa Calpe.

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Ginzo, A. (1994) Condorcet. Filosofía y Política. Universidad de Alcalá de Henares, Madrid

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Pensamiento Pedagógico Ilustrado. Consultado el 28-08-09. Disponible en:
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Weinberg, G. (s/f) Ilustración y educación superior en Hispanoamérica en el siglo XVIII- Academia Nacional de Educación. Buenos Aires.

viernes, 24 de abril de 2009

Biblioteca Los Cuicas-

Cuadernillo 4, proyectos comunitarios:
http://www.participa.com.ve


Construyendo una Realación Positiva en la Comunidad:
http://www.usembassy-mexico.gov/PDH/sConfBejarano.html

Formulación de Proyectos Comunitarios:
http://www.fudeco.gob.ve/interes/PDF/Charla_formulacion_proyectos.pdf

Diagnóstico Participativo:
http://www.acnur.org/biblioteca/pdf/6404.pdf

Diagnóstico Particiaptivo:
http://www.mailxmail.com/curso-abc-consejos-comunales/diagnostico-participativo

Diagnótico Participativo Comunitario:
http://www.aporrea.org/misiones/a57107.html

Diagnóstico participativo: un instrumento para el planeamiento estratégico en el desarrollo comunitario:
http://www.ciberoamericana.unican.es/documentos/coibaworkingpapers/CWP%202.pdf

Familia y Comunidad:
http://www.colombiaaprende.edu.co/html/familia/1597/article-70740.html


Manual de para la presentación de un proyecto comunitario:
http://www.monografias.com/trabajos48/proyecto-sociolaboral-venezuela/proyecto-sociolaboral-venezuela2.shtml

Proyecto Educativo Bolivariano:
http://proyectoeducativobolivariano.blogspot.com/2007/06/proyecto-comunitario-video.html

Proyecto comunitario UNERG_2008:
http://www.unerg.edu.ve/

Proyecto de Servicio Comunitario:
http://www.scribd.com/doc/2346711/Proyecto-servicio-comunitario-actualizado

Taller de proyectos sociales
http://www.emprendedorsocial.org.ve/

Taller de PEIC
http://www.yadranca-bauer.com/

Proyecto Comunitario Los Cuicas.





























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