domingo, 7 de septiembre de 2008

Delineando el Sujeto Histórico, según Los Cuicas

“… ¡Qué admirable fábrica es la del hombre!
¡Qué noble su razón! ¡Qué infinitas sus facultades!
¡Qué expresivo y maravilloso en su forma y sus
Movimientos! ¡Qué semejante a un ángel en sus acciones!
Y en su espíritu ¡qué semejante a Dios!...”
William Shakespeare.



Pensar el sujeto histórico para plasmarlo en una obra pictórica, es dibujarlo y matizarlo con trazados bien definidos y colores fulgurantes, resplandecientes, exóticos…, muy vivos, que logren el milagro de apreciar dentro de él, la Libertad. Pareciera que se tratara de un juego de palabras. Pero, no es así. En tanto, el individuo no conmueva su hondura con la libertad, fortalecida y conquistada ésta por la fuerza descollante de su pensamiento, cierto es, no será dueño y responsable de actos edificantes, debido a que en su existencia, habría ausencia de la confianza en sí mismo, y, en consecuencia, de la autodeterminación. Vale decir, que sólo la libertad permite al ser persona, distinguir las ataduras dolorosas e infames para afrontarlas y vencerlas hasta redimirse.
El ser libre, es un convencido que estar en cautiverio es domarle y someterle su ingenio y espíritu, privándolo de alcanzar el nivel cumbre de persona humana. Para entender esta ambivalencia en cuanto a fragilidad humana y a la vez, consistencia humana, vale citar a Briceño Guerrero, reconocido filósofo nuestro, que ha recorrido el pensar universal, ha roto las cadenas de la servidumbre filosófica con Occidente para labrar un camino a los hombres y mujeres de los países latinos en la filosofía; en palabras del maestro “…mis únicos tesoros son el alma y la palabra, pero el alma es salvaje y la palabra no se deja domar.” Moldeamos, entonces, el nuevo ser, el ser libre, hacedor de historia, activista del vasto e interesante episodio donde se escenifica y se vive la espiritualidad y el conocimiento, el ser que orienta otros senderos para construir las realidades en perspectiva.
Lo antes expuesto, apuntala al hombre nuevo y la mujer nueva, revestidos de emociones grandes… ¡De humanidad! Según el escritor Rivas Aguilar, “El Ser humano, desnudo portando las endebles armas de su curiosidad y perplejidad, durante milenios y a través de un escuálido número de sus integrantes, ha intentado develar los enigmas que lo sostienen y contienen, porque se reconoce a sí mismo como un profundo misterio.” Se trata pues, que el ser humano es incansable por lo insaciable en sus indagaciones sobre su origen, acerca de su conciencia y lo hermético de la muerte, propende lo divino, ese grado espacial de libertad más allá de lo humano, negando su finitud. Hoy día, entonces, es girar el timón clamando humanismo, es sumergirse en el repensar del individuo con la firme determinación de reanudar su optimismo personal y entablar con el universo todo, una delirante gratitud. Esto es, el ser histórico que deviene con una fuerza social tal, que desde esta mirada sus actuaciones en los planos social, político, cultural, basados éstos en la moralidad, adquieren sustancia porque se consagran en un tejido de cara al colectivo, de manera que contribuye a la evolución del pueblo conjugando teoría y práctica, de igual modo, se constituye en uno solo con la naturaleza, dimensión ésta cuyo significado implica identidad, en un escenario donde prevalece el intelecto y el buen gusto por la vida, un vivir armonioso y fraternal. Al decir del escritor Villalba Federico “…además del ámbito eminentemente social y de los tiempos humanos, el escenario de la historia tiene que ver con la naturaleza, cada vez más humana, más temporal, más histórica,…”.
A la argumentación del autor, se insiste en que el ser histórico es un evolucionado (deber ser) que junto con lo “contextual humano” avancen, evolucionen, trasciendan, asumiendo que el presente, es decir, la realidad que lo circunda es compleja, por lo que es imperioso desconectarse, hacer ruptura con lo simplista, con lo repetitivo, con lo memorístico, con la indolencia, con el tedio… Enfilarse a lo nuevo, a la incertidumbre, a lo impensado… En lugares donde germine la semilla de las ideas, en un acto dialógico, donde converjan la crítica y la autocrítica. Vale decir, que con el trabajo colectivo se experimentan cambios realmente estructurales y de fondo. Modificaciones sustanciales en las condiciones de producción material, información, tecnología y comunicación. He aquí, la importancia del sistema, el sistema viable y su vital comportamiento. De acuerdo con el ya citado autor, al proseguir “Lamentablemente no son pocos los obstáculos de toda índole que conspiran contra el diálogo franco y abierto…: el peso de la tradición, el paradigma dominante, la resistencia al cambio, el individualismo y el egoísmo, el conocimiento como una parcela exclusiva de cada quien, o la negativa a renovarse…” Se trata de la dialéctica que distingue al sujeto histórico como garante de ir más allá de lo superficial para penetrar lo inefable de los hechos, ahondar en el trabajo mancomunado y con él, sus alcances transformadores.
Sobre lo antes reseñado, La Universidad Nacional Experimental “Simón Rodríguez”, ha reorientado su mirada. En palabras del Rector, Mariña “…a partir del diálogo de saberes y lo autóctono, una formación que fortalezca la espiritualidad y forje al hombre colectivo… la interacción con el contexto para abordar sabiamente el desarrollo endógeno… Somos muy vulnerables y tenemos que promover autosuficiencia en todos los ámbitos sociales… que cada comunidad sepa qué hacer y haga lo que tenga que hacer…” Se trata de un refundar, un remirar hacia un horizonte jaspeado de esperanza, magia y encanto, es la máxima Casa de Estudios Superior al servicio de los terruños, de los lugares chicos, esos que se saturan de cotidianidad, de lo sencillo, de lo peculiar, de lo pequeño que hace lo grande… Entre otros, hoy día, la excelsa Simón Rodríguez, enrumba la Maestría Robinsoniana, en la cual, se forma y se edifica el nuevo Maestro para erigir el nuevo Republicano; Simón de Los Pueblos, fomenta, propicia y promueve a través de una realidad contextual y sus potencialidades, un saber para la vida y, el ciber-robinson para el empoderamiento de la información, la fluidez en la comunicación y el avance de los pueblos. Es impregnarse de amor, es saber, es sentir para comprender e interpretar desde lo local hasta visionar la globalidad; es ser sujeto histórico. He allí, la concepción planetaria. Espacios plenos de aventura, que delinean las sendas de Pueblo, de Patria Grande, de Casa Universal… ¡La Tierra!

Referencia Bibliografìca

Briceño J. Esa Llanura Temblorosa. Caracas, editorial Oscar Todtmann 1998.
Rivas R. Los Escondrijos del ser Latinoamericano. ULA. Mérida Venezuela.
Shakespeare W. HAMLET. Santafé de Bogotá. Editorial Panamericana.1998.
Villalba F. Necesidad de un nuevo Paradigma Histórico en Educación.
Tierra firme Venezuela Nº 59 año 15. 1997.

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